domingo, 3 de abril de 2011

"LA CARRERA" TRAS LAS CARRERAS

Piensa, luego elige tu carrera

Mientras las carreras relacionadas al área de la salud, la minería o las matemáticas reciben un apoyo permanente, atrayendo a miles de personas hacia ellas, las que tienen que ver con las ideas o el pensamiento son prácticamente ignoradas y peor aún ninguneadas.

Escribe Francisco Martorell, director revista El Periodista

Prácticamente cerrado el proceso de admisión a las universidades, luego de una despiadada carrera por obtener las preferencias de decenas de miles de estudiantes, vale la pena reflexionar sobre la información que se entrega para que los jóvenes decidan qué carrera seguirán a partir de marzo.

De más está volver, otra vez, a cuestionar los millones que gastan las instituciones privadas en publicidad para captar alumnos. También que existan todavía universidades de bajo prestigio académico o que la “letra chica” esté presente en los contratos que atan a los padres por un lustro. Basta ver en el sitio del Poder Judicial cuántos casos hay para ver la magnitud del problema.

Huelga decir, además, que sea a través del crédito y el endeudamiento, en algunos casos hasta en 20 años, la única forma que tienen muchas familias para lograr que uno de los suyos siga estudios superiores.

Sin duda la alta cifra de matriculados, superior hoy casi al millón de jóvenes en todo el país, muestra cierta democratización en el acceso a la universidad pero a un costo excesivo y muchas veces impagable. Descuentos por doquier, que en la mayoría de los casos se quedan solo en el primer año o extendidos planes de pago, finalmente, son los imanes que atraen las conciencias de las familias.

En muchos casos, entonces, son los sueldos que hoy tienen esas carreras en el mercado las que deciden la vocación del joven. Y los medios de comunicación, con ranking y cifras del 2010, inclinan la balanza hacia profesiones supuestamente no saturadas, con mejor nivel de empleabilidad y salarios más altos.

Así, claro está, van quedando fuera de la elección, las vinculadas al pensamiento. Mientras las carreras relacionadas al área de la salud, la minería o las matemáticas reciben un apoyo permanente, atrayendo a miles de personas hacia ellas, las que tienen que ver con las ideas son prácticamente ignoradas y peor aún ninguneadas.

A razón de un ingreso de más de 200 mil alumnos por año a la educación superior, en dos décadas muchas de las profesiones que hoy aparecen como “rentables” no lo serán. En ese futuro, cercano por lo demás, cobrarán valor aquellos que sepan pensar, analizar la sociedad y encontrar sus contradicciones.

Las ideas y el pensamiento, entonces, serán revalorizados y, analizado desde un punto de vista netamente económico y usando la jerga de moda, “rentables”.

Chile, así como hoy le faltan geólogos, también adolece de personas que estimulen el pensamiento crítico y la reflexión.

Urge, entonces, crear las condiciones, repotenciar y estimular a los jóvenes para que entren a este mundo, se desarrollen en él y sean los que indiquen el camino a seguir en los años venideros.

La tarea de los comunicadores, en horas de definiciones como las que vivieron miles de jóvenes en los últimos meses, debe ser abrir el abanico de posibilidades y no inducir a un camino estrecho de una sociedad que sabrá contarse, innumerables veces, pero incapaz de entenderse.

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