ESCRITOS DEL FACILITADOR Y ESTUDIANTES

Título: Modelo Metodológico Intersectorial Comunitario - MOMIC

Coordinadora: Marcela Tchimino

Nombres Equipo: Edgardo Alvarez, Rodrigo Vergara, Catherine Borquez, José Leandro Flores.
Colaboradores (voluntarios): Sergio Toro, Veronika Hackl

Duración: 3 años

Contraparte: Fundación AVINA, Fondo Especial Japonés para la reducción de la    pobreza - BID, Embajada de Canadá, IPAC

Objetivos:
Generar un Modelo Intersectorial de apoyo a jóvenes en riesgo social y formación de liderazgos jóvenes, mediante la participación activa y coordinada de instituciones públicas, privadas y empresas, que permita que la inserción social, educacional y laboral de 180 jóvenes de Cerro Navia, La Pintana y Pudahuel.

Resumen ejecutivo

MOMIC (Modelo Metodológico Intersectorial Comunitario) es una iniciativa dirigida al mejoramiento de las condiciones de vida de jóvenes en riesgo social, a través de la coordinación de programas y recursos provenientes del sector público, privado y de la sociedad civil.

Desde el año 2005, el Programa Interdisciplinario de Investigaciones en Educación (PIIE) ha venido desarrollando la experiencia de creación de este Modelo, orientado principalmente a la instalación de capacidades, competencias y habilidades que le permitan a jóvenes en riesgo social desarrollar estrategias para mejorar sus condiciones de vidas en el marco de una gestión local sustentable. Esto en la perspectiva de que es en este espacio donde si bien asisten y se articulan diversos esfuerzos de inversión (sea social como material) estos se realizan de manera fragmentada y aislada, debilitando fuertemente sus capacidades de impacto.

Esta experiencia permite mirar el proceso desde una perspectiva que va mas allá de un enfoque de tipo instrumental, al cual suele ubicarse a las instituciones externas del territorio local. Se trata más bien de un acompañamiento centrado en la instalación de dispositivos, teniendo como eje el protagonismo de los jóvenes que ejecutan la iniciativa.

En la iniciativa MOMIC (Modelo Metodológico Intersectorial Comunitario) se consideran como focos principales los siguientes componentes:

-La intersectorialidad y la constitución de alianzas nacionales e internacionales
-El centro del modelo: los jóvenes
-El liderazgo joven como recurso para el desarrollo local

Beneficiarios directos e indirectos

Directos: 150 jóvenes en riesgo social; 30 líderes comunitarios jóvenes.
Indirectos: Familias de los jóvenes, Organizaciones territoriales.

Localización geográfica

Cerro Navia  : Población Las Viñitas
Pudahuel    : Pudahuel Sur
La Pintana   : Población Santo Tomás



¿CUAL  ES TU METODO DE ESTUDIO?
Por: José leandro flores
18 de abril de 2011

Gabriel y María son dos jóvenes del nivel medio que toman conciencia de la necesidad de contar de un método para estudiar.

1.     "No tenia ningún método…"
Hola, María. Leí  tus reflexiones y encontré que me interpretan mucho  a mí también (http://www.monografias.com/trabajos84/mirada-maria/mirada-maria.shtml); y ahora deseo hacerte una pregunta: ¿Cuál es el método que tienes para estudiar? Porque para expresarte como lo haces, debe haber unas claves interiores y cotidianas en tu forma de estudio.
Gracias, Gabriel. La verdad es que yo no tenía ningún método. Y tampoco nadie me había hablado de su necesidad. Tampoco suponía que lo debería tener. Quienes me instruían, tal vez o no tenían o no estaban convencidos de la importancia para una estudiante contar con uno. Y también  si me lo hubieran plateando en ese tiempo a mí no me hubiera interesado el tema, porque hoy me doy cuenta que hubiera pensado que era un tema estéril, innecesario,… pero es porque no lo conocía. Nadie aprecia lo que no conoce.
Sin embargo, algo pasó que te entusiasmó a buscar un método práctico y eficaz, María. Algo que te llevo a tomar conciencia de la importancia de contar con un camino para llegar a tus objetivos propuestos.  O a lo mejor, primero es necesario contar con ”objetivos” para después sentir la necesidad de un “camino” para llegar a él.
Efectivamente. Puedo reconocer que en esa etapa mis objetivos estaban fuera del aula, y en conflicto con ella.  Y fueron algunas preguntas de mi facilitador que fueron mostrándome un vacio que había en mí.  O sea, era una especie de obsesión de “presentismo” llenándolo con cosas… con frecuencia de forma irracional y con  poco o nada de cuidado  por mí misma.  
Esta plataforma prácticamente impedía la posibilidad de un método de estudio en mi pobre práctica de estudiante de ese tiempo. Mejor dicho, todavía no había empezado a serlo, y me mantenía al margen de la misma naturaleza de estudiar; entendida  ésta como aquella  actividad que de lo que lee, escucha o ve se selecciona-analiza-interpreta-relaciona-sintetiza y aplica en la vida real. En ese tiempo existía un verdadero divorcio entre lo que vivía y lo que estudiaba. Algo dramático porque era la misma persona que debía intentar dividirse en cada una de ambos lugares donde estaba diariamente. Y me faltaba un vaso comunicante que me permitiera ser y sentirme que era una la misma persona en ambos lugares. Esta ruptura fomentaba mi mal humor y rebeldía casi como estados permanentes.
Ahora tengo compañeros de curso que siguen viviendo ese drama que yo conocí; y del cual es posible salir, y vivir una experiencia maravillosa, porque uno se da cuenta qué significa comprender lo que se aprende. Sentirse sujeto, y no objeto del conocimiento y del desarrollo integral como ser humano, miembro de una comunidad y ciudadano de un País.
Recuerdo que fueron los desafíos y las preguntas que nos proponía nuestro facilitador, además, una serie de documentales en torno a la importancia de contar con un método de estudio para aprovechar el tiempo y los recursos las me ayudaron a que cobrara sentido para mí dicha demanda.  Me empecé a hacer preguntas como estas: ¿Cuál fue el método que emplearon personajes como Descartes, Einstein, Nietzsche, Borges,  Vargas Llosa, M. Eliade, E. Galeano, P. Neruda, I. Allende,  para desarrollar su obra en sus respectivos campos.  Al no conocer la respuesta; sentí la curiosidad por averiguarlo.

2.      Necesidad de una estructura personal que reclame y apoye la existencia de un método de desarrollo integral.
O sea, María,  que primero la persona, el estudiante, tiene que sentir y querer  un desarrollo integral; donde se incluyan las dimensiones: cognitiva, emocional y espiritual. Es decir, una mirada más amplia y más larga de sí mismos, que contemple sus objetivos finales, sus metas intermedias y las actividades a realizar desde ahora, de forma oportuna y eficaz.
Efectivamente así ha sido mi experiencia. Y por eso, agradezco la pregunta que me hace Gabriel, porque la misma me ha llevado a este trasfondo importante. Se trata de una confluencia simultánea de ambos factores: un método de desarrollo y el anhelo de desarrollarse.  Y feliz el estudiante que encuentra facilitadores o acompañadores de su desarrollo que captan y/o fomentan esta coincidencia.
Como también es una responsabilidad personal… y pienso no en mis compañeros de curso que ya la poseen, sino en quienes todavía les cuesta llegar a este punto de inicio para el propio camino de desarrollo, acompañados por un método. Es cierto que las falencias, debilidades y obstáculos son abrumadoras para algunos, que se convierten en serias amenazas de su subdesarrollo permanente a lo largo de sus vidas. Determinadas estructuras sociales inundadas de economicismo las vuelve inhumanas para muchos de mis compañeros de Liceo. Cuando una visión economicista se hace cargo de la educación, ésta se empobrece.
El método nos permite reflexionar, conversar y sistematizar en nuestros encuentros de generación cultural (lo que anteriormente yo misma denominaba simplemente “clase”). Un término que conceptualizaba de forma equivocada, cuando me auto condenaba a una posición pasiva, receptora, cumplidora frente a la fila de profesores que visitaban el aula en que más bien estaba sin apropiarme del espacio y del tiempo que allí vivía.
            Tienen mucho sentido para mí tus puntos de vista, María, porque pienso en cuantas cosas estoy dejando de hacer por no contar con un método de desarrollo en esta etapa de mi vida donde mi principal actividad es estudiar. Pero prácticamente no he tenido  iniciativa. Me ha faltado creatividad y voluntad para sistematizar de mejor manera mi aprendizaje. Y creo que la razón de esto ha estado en mi falta de fe o confianza en los estudios como una vía real de desarrollo. Ha sido tanta la repetición que solo se estudia para trabajar y ganar más. O sea, un olvido casi absoluto de la relación del estudio con mi calidad de vida personal, familiar, social y ciudadana, con una conciencia nueva para contribuir al nacimiento de un mundo nuevo: más humano, justo y solidario con la Naturaleza.
A eso me refiero, Gabriel, que es el punto de inicio para buscar y apropiarse de un método de trabajo para estudiar; para ser y para hacer. Sin el cultivo del ser es estéril el campo de hacer. Y no será por la vía de la multiplicación de actividades,  con la consigna de tenernos siempre ocupados que se pueden revertir el caos de muchas de nosotras, sino que a la vez sentimos una gran hambre: la capacidad de relacionarnos productivamente con el silencio; de administrar nuestro tiempo de modo óptimo; y aprender a conversar con argumentos entre nosotras mismas y con los adultos.
Aprender, así mismo, a desarrollar paradigmas alternativos al de la competitividad, como expresión del omnipresente individualismo, como el de la solidaridad como expresión de una naturaleza altruista, comunitarios y centrados en el amor.  

3.      Las ventajas de contar con método de estudio.
El método de estudio que no se queda en sí mismo es el más importante. En cuanto que hoy día no basta con reproducir el sistema en que estamos porque urge un cambio cualitativo del mismo para bien de nosotras mismas, de nuestra humanidad, y de nuestra Ecología.  Lo que hay que cambiar es la reproducción, por la innovación. Si bien en esto hay consenso,  no hay todavía libertad para emprender nuevos caminos. Esa libertad tenemos que buscarla y encontrarla en nosotras mimas, y no en el exterior, de donde jamás va a provenir… porque allí es el reino de los intereses monopólicos y de ideologías dogmáticas.
En este sentido, un buen método personal de estudio, se convierte en la mejor herramienta para demoler la ignorancia, el “yo no puedo”, el “yo no entiendo” o el “no me interesa”… que son expresiones tan comunes en mi ambiente. Por eso está impregnado de inercia, carente de identidad, de comunicación y por consiguiente de realizaciones. Por lo tanto, es a su vez, el lugar propicio para la instauración o apropiación de métodos de estudio.
Además de ser herramienta para poder entrar en los campos del saber, un buen método constituye también ser un buen depósito donde recoger y trabajar la información que nos envuelve en todo tiempo y lugar. Así mismo, su carencia constituye la pobreza o debilidad más grande porque nos vuelve incapaces no solo de comprender, sino antes que eso, de recibir, de acoger, de atesorar conocimientos, que bien trabajados se pueden convertir en insumos para vivir bien y para hacer el bien.
En mi caso, María, yo no había establecido la relación entre proyecto personal y método. Y mi situación se agravaba porque también era muy débil la existencia de un proyecto de esa índole. En esas condiciones, estudiar era para mí un drama.   Una obligación que no me motivaba sino que me fastidiaba. Y esta energía se elevaba exponencialmente porque era fácil contagiarse y contagiarla. Nuestra misma debilidad de proyectos personales contribuía a llegar rápidamente a aquellos escenarios que lo que menos tenían era un clima para aprender, comprender, reflexionar, relacionar y desarrollar para llevar las ideas a la vida y sacarlas también de la realidad, su procedencia y destino natural.
Creo que tenemos que alegrarnos, Gabriel y María,  porque cuando la semilla germina comienza un nuevo proceso… que nos puede llevar a insondables e impensadas dimensiones, en este caso, de realización personal. Lo cual constituiría un gran logro, dadas las condiciones que por lo general nos deja sin palabras por su inmensa globalización y omnipresencia. Uds. Saben cómo algunos llegan a este lugar sagrado que se convierte en la reconstrucción del ser humano en su nivel interior que es el que da impronta a su ser físico/externo. Es maravilloso cuando comprendemos todos juntos que somos células de un cuerpo más amplio que se es el producto de lo que somos y de cómo somos. O sea, no nos creemos que seamos el producto de la sociedad o mundo en que estamos, sino que somos sujetos con la misión de ser agentes de cambio, por las vías del conocimiento, de las emociones y de la espiritualidad… y para eso es fundamental que nos hagamos de un buen método que nos permita trabajar, crecer y dar frutos aquí y ahora.



4.        ¿Y cuáles serían los componentes de un buen método de estudio?
En primer lugar, nosotros mismos. Porque somos el punto de inicio y de llegada de un método. Y así como tenemos la misión de hacernos e inventarnos, así también tenemos que hacernos e inventarnos un método apropiado de estudio, de trabajo y de vida.
Sus componentes básicos debemos sacarlos de los mismos nuestros: cognitivos, emocionales y espirituales. Es decir, todas aquellas herramientas que nos permitan y ayuden a comprender lo que leemos, vemos y oímos. Renunciando conscientemente a ir por la vida como ciegos y sordos, o embotados por la intolerancia, la arrogancia o la ingenuidad.
Ese método nos debe de proporcionar valores que muevan nuestra vida diaria y nos orienten en las decisiones que tomamos y tomaremos en todo tiempo y circunstancias.  Y hacer así la diferencia entre una vida y práctica sin valores y una presencia en el mundo como estudiantes; en mi caso, como mujer, con un nombre, una misión y una utopía. Donde el equilibrio emocional es tan importante porque no solo influye sino que determina la misma felicidad humana.
Estas tres fuentes para un buen método me sugieren muchas formas prácticas más  que dan vida a la creatividad que es como el alma que me anima a buscar la productividad óptima en esta corta etapa de ser estudiante de Nivel Medio. Así el método es personal en su primera búsqueda y conformación, grupal en su práctica, y social en su finalidad.
La aparente “complejidad”, entonces, al hablar de método no es tal, sino todo lo contrario, porque es la vía que vuelve posible mi realización más plena, entrando a los estadios de la libertad, de la  responsabilidad y de la solidaridad.
Y como facilitador, no puedo, pensar sino igual que Uds., Gabriel y María,  porque así estamos siendo capaces de reflexionar sobre lo que vivimos cada vez que nos juntamos para vivir la hermosa experiencia de aprender. Aprender a saber quiénes somos, donde estamos y cuál es nuestra misión en este mundo, para la cual no solamente debemos prepararnos, sino actuarla aquí y ahora porque nadie es dueño del mañana. Cuando un método de vida y de estudio nos ayuda a conseguir este objetivo, podemos decir entonces que estamos en la ruta correcta de ser estudiantes, de ser personas y de ser ciudadanos. El estudio, así, ni comienza ni termina en una sala de clase, y ese lugar se convierte en una especie de vientre que genera vida para este mundo que habitamos y heredaremos con el aporte e impronta de nuestra misión de estudiantes conscientes, racionales y libres.

 




El respeto significa -respuesta-

  1. ¿Quién eres? cuál es tu contexto? cuál es tu visión?
  2. El aula: espacio sagrado para la generación de hombres y mujeres nuevos
  3. "Por qué no me gusta este enfoque?"
  4. La búsqueda de la verdad: horizonte del proceso educativo
(María, joven de educación media relata su experiencia de estar frente a una propuesta que le invita a hacerse cargo de forma protagónica de su desarrollo cognitivo, emocional y espiritual en el Colegio).
El respeto como base de la respuesta
En el otoño de 2011 un facilitador nos planteó en nuestra sala de clases de educación de adultos una mirada interesante que recoge el quehacer de algunos de sus pares.  "En primer lugar, dijo, no les pido que en primer término me respeten Uds. A mí, sino que me pongo como primer deber respetarlos yo a Uds. ". Y continuo: "Entendiendo por "respeto" la capacidad de darles una "respuesta" a cada uno de Uds. , de acurdo a sus necesidades de desarrollo, historia propia, experiencias y expectativas que los alimentan e inspiran".
"Si no fuera capaz de lograr este objetivo, significaría que Uds., estimados estudiantes, no representarían ser el centro de mi labor como facilitador de vuestro propio aprendizaje y desarrollo como hombres y mujer capacitados y capacitadas para hacer el bien a todo cuanto les rodea en la vida; y yo estaría apartándome mi misión en la vida… si solamente me circunscribiera a pasarles unos contenidos".
En un primer momento nos miramos las caras unas a otras, porque nos parecía bastante extraño este punto de vista, ya que estábamos acostumbradas a ser consideradas y tratadas como una especie de "objetos" recepcionistas de los contenidos curriculares; los cuales -en mi caso- siempre tenía que memorizar para poder "repetir" y obtener una buena calificación. Realmente un esquema muy simple y fácil; pero carente de motivación. Luego, con el paso del tiempo caía en el olvido la mayoría de las cosas así aprendidas, pero no asimiladas ni aplicadas. Entonces, me preguntaba ¿para qué sirve? Y más todavía, ¿a quién o a quiénes les sirve?
El nos siguió explicando el binomio que "respeto significaría respuesta". "Fundamentalmente nos dijo: debo de conocerlos, acogerlos y valorarlos. Es decir, darme cuenta de quienes son las personas que están delante de mí; porque decir "personas" es decir "sujetos" que tienen historia, experiencias, conocimientos. Y esta es la manera que Uds. Sean el centro de mi atención y trabajo; y no sea yo ni mis conocimientos, ni la institución".
"Es una especie de preparación del "locus", enfatiza, lugar personal de quienes tendrían que recibir la facilitación para crear, desarrollar y consolidar cultura, valores y espiritualidad". Y nos mirábamos expresando nuestra extrañeza, haciéndonos preguntas interiormente acerca de qué demandaría de nosotros este enfoque; pero -esta vez- venciendo nuestra acostumbrada desidia, expresada en la reiterativa pregunta: ¿Y eso para qué me sirve? Que era una manera de decir: "no me interesa". Y lo dejo sin más.
Ahora, al reconocernos como estudiantes y no como clientes, significa que dialogaríamos, confrontaríamos ideas, puntos de vista de una manera respetuosa y positiva; es decir buscando la complementación y no la confrontación, como ha sido nuestra tónica. Por lo tanto, esa misma atmosfera de respeto como respuesta tendría que florecer entre nosotros como compañeras y compañeros de curso: valorándonos, aceptándonos y escuchándonos con respeto. Sería una consecuencia del ejemplo que ha empezado dando nuestro facilitador. Y con la particularidad que dicha actitud no se espera que sea fruto del mandato o exigencia, sino como efecto espontáneo de darnos cuenta de nuestra condición de sujetos pensantes y responsables de nuestro protagonismo en el triple aprendizaje: cognitivo, emocional y espiritual.
Así mismo nos damos cuenta de la importancia y necesidad de la información. O sea, informarnos para contar con argumentos para conversar y construir conocimiento local o encarnar en nuestra realidad el conocimiento; ojalá para transformarla. Debo decir, que esta práctica no representa nuestro modus vivendi, es más bien algo nuevo y novedoso para todas nosotras. Pero nos resulta muy atractivo el ejercicio… verdaderamente sentimos que nos abre grandes ventanas hacia el exterior, hacia el horizonte infinito de la cultura.

María, tu vas comprendiendo muy bien la dinámica de este proceso. Es participativo y comprometido, que requiere una mirada y una dedicación nueva para todos. Y requiere de cada uno lo mejor de nosotros mismos porque la tarea es ardua y con muchas resistencias a lo largo del camino. Muchas de ellas están en nosotros mismos, y muchas también en el sistema. En nosotros, porque generalmente no practicamos un método de estudio adecuado, oportuno y eficaz. Y de parte del sistema, que le importa solamente lo que le sea funcional, y aborta todo aquello que le requiera cambiar o desaparecer.
Efectivamente así es para mí… y representa una aventura atractiva e interesante, que no había experimentado antes, por más sugerencias, consejos y hasta castigos que había recibido de mis mayores. Después de un primer momento en que sentí hurgada y sobre exigida, comencé a comprender que era un beneficio grande que me estaba brindando nuestro facilitador; me dio alegría sentir que soy yo la primera que necesito construirme una respuesta que de sentido a mi existencia. No importa que dichas respuestas no sean definitivas; ya comprendo que en esto no debo buscar certezas, sino solamente convicciones que vayan orientado mi caminar.
Y me encanto sentirle el peso a esta afirmación: "Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo" del pensador Ortega y Gasset, porque me hace entender la práctica de nuestro facilitador que presta atención al con contexto que nos envuelve y determina; o en el cual nos hacemos o construimos como somos. Cuando llego al Colegio no puedo desvestirme del contexto de donde provengo, y cuando salgo de él tampoco debería olvidarme de llevar a mi ambiente lo que he vivido en el Colegio. Pero esta simbiosis no está funcionando normalmente, sino que predomina la ruptura. Por eso me siento como si fuera un vidrio trisado.
Cada día, provengo de una vivienda básica, que el Estado nos entrega a través de un préstamo que brinda un banco… o sea, que nosotros siendo pobres contribuimos al enriquecimiento de Bancos pagando los intereses por periodos de hasta 20 años, al 4 por ciento. Allí, a nuestro alrededor, no solamente estamos rodeados de violencia, sino también de narcotráfico; de alto desempleo y subempleo que alimenta una cultura de periferia con un descuido del hábitat que se vuelve un lugar árido, desordenado y sucio. Allí vivimos hacinados, sin áreas verdes, sin lugares de recreación o deportes, … nos marginaron y metieron en lugares invivibles, invisibles e inadecuados hasta para que vivan animales; y menos seres humanos. Lugares que se han convertido en fuentes de delincuencia y violencia domestica y social. De allí todos los días hacia el Colegio donde tendríamos que aprender a ser hombres nuevos para colaborar en la transformación del mundo. ¡Qué contradicción!
El contexto si bien no nos determina, sí nos contamina y nos condiciona. Y si bien a nuestros maestros no les pediríamos que nos solucionen estos problemas, sí esperamos que al menos no acostumbres a esta desgracia nuestra, y que no dejara de cuestionarles. Y esperaríamos una pregunta dirigida a nosotros; es decir, a nuestro contexto, y que esperaran la respuesta portadora de nuestro sentir, y a veces de nuestro dolor, tristeza, premura; y también esperanza y optimismo que con un buen desarrollo humano lograremos salir de esos infiernos en la tierra… y así dar un mejor mundo a nuestros hijos.
Esta es nuestra certeza, pese a que en esta realidad que nos toca vivir sea difícil cultivar una visión alta y de largo plazo, que requiere de una base humana firme que la sostenga y alimente. No es casual, por eso, el hecho que más de una decena de compañeros de mi comunidad donde vivo no resistieron este encierro en la pobreza y marginación y optaron por ponerle término a sus vidas. Hemos llorado cada una de sus partidas, y hemos sentido la impotencia y el desconcierto. Así es la realidad con que nos levantamos y acostamos cada día.
Por eso, nuestro mismo facilitador, probablemente no conoce las dimensiones que tiene para nosotros el buen anuncio que nos ha dado en la primera clase del otoño de 2011, que nos abre horizontes hasta ahora desconocidos por nosotros. Son rutas por caminar como personas desde ya; con un desarrollo cognitivo, emocional y espiritual.
Como facilitador, te confieso estimada estudiante, que me sorprende tu capacidad de respuesta y entendimiento de este trato propuesto, que es una manera de situarnos frente al desafío del aprendizaje y de la formación de ciudadanos en el siglo XXI; porque tenemos la certeza que no podemos seguir profundizando el rumbo equivocado que le imprimieron a esta actividad los que se dejaron manejar por una lógica monetarista y comercial que llegó a su grado absoluto y excluyente.

El Invierno se fue acercando a pasos agigantados, trayéndonos frío y lluvias a granel. Mientras tanto algunos de mis compañeros y compañeras iban buscando responder a las sugerencias de leer o ver aplicando la matriz de: seleccionar/analizar/interpretar/sintetizar.
En un encuentro siguiente, nuestro facilitador nos siguió planteando la relación "responsabilidad - respuesta". Explicándonos que el aula tiene un carácter trascendente y creacional. Un desafío ineludible porque la demanda ya no es solamente de la sociedad sino también del medio ambiente, de la Ecología en que habitamos.
Porque en los últimos siglos, los científicos han tenido en sus manos la misión de desarrollar el mundo en beneficio del hombre… pero al poco tiempo sufrieron el arrebato de esa vocación de parte de los grandes capitales que controlan el desastre de este mundo. Y aquellos se pusieron al servicio de los extraños objetivos de los poseedores de las riquezas de la tierra. Y rápidamente el espíritu de la competitividad paso a ocupar el lugar central de la educación y de la vida. Algo así, como que tienes que estudiar para ser rico, y distanciarte de la pobreza y de los pobres.
Comprendo tus inquietudes y sentir, apreciada estudiante, que recogen el de un buen número de tus compañeros y compañeras tan sensibles e inteligentes como tú. Ellas han de ser la fuente de los cambios que estamos obligados a hacer en nuestra vida y en nuestra actividad cotidiana. No tenemos que tener miedo, porque el temor nos impide salir del enredo en que hemos caído como raza humana y como actividad educativa. Y estas inquietudes no las silenciemos nunca, sino que sean las que guíen nuestro gran empresa de desarrollo humano que tenemos la oportunidad de impulsar en esta aula.
Tenemos que hacer de la "Aula", un lugar del "encuentro de lo Trascendente con lo Inmanente"; del vínculo del presente con la visión de futuro; del reconocimiento de nuestra realidad y de nuestras potencialidades y capacidades ya presentes como la flor hermosa de la primavera en el capullo. Un espacio para el encuentro, el diálogo y las proyecciones como comunidad y no tanto como individuos aislados, desconectados y hasta confrontados.
Bien me parece, estimado facilitador, porque aunque yo venía sólo con la intención de estudiar; entendiendo por esto, el mero hecho de ganarme buenas calificaciones como recompensa de ser una buena "alumna" -ni siquiera "estudiante"-. Es decir, poniéndome en el lugar tradicional de permanecer sentada y casi pérdida en el hacinamiento y bulla de la sala.
Confieso que el término "sagrado" ya había desaparecido de mi universo mental y verbal. Pero me resulta atractivo relacionarlo con mi aula, donde paso buena parte cada día de mi vida en esta etapa. Valorando ese carácter trascendente que tiene el salir de mi misma al encuentro con el otro. Un encuentro singular por su carácter constructivo, creativo y expansivo. Que no nos encierra en nosotros mismos sino que nos abre y comunica con el Trascendente, quien deja de ser lejano y extraño y se vuelve cercano y amigo. Respetando la diversidad y la libertad de cada uno.
Agradezco tanto tu comprensión de este desafío, María, por emprender y no perder más tiempo… porque estos principios y esta práctica pueden contribuir sin lugar a dudas a que no participemos en lo que sería un "ecosido".

Hemos discutido en varias mesas redondas este tema, e identificamos obstáculos que se encuentran dentro y fuera de nosotras y de nuestros compañeros. Partiendo por nuestra misma debilidad, pero si nos atrevemos podemos comenzar a ser estudiantes distintos, nuevos, genuinos. Porque aunque me cuesta reconocerlo, me había acostumbrado a no pensar, a no comprometerme con eso de "estudiar", y lo tomaba como una obligación impuesta por quienes querían hacer de mí una especie de su doble. Puedo estar equivocada, pero es lo que sentía dentro de mí cuando escuchaba la repetición: "tienes que ser como nosotros o como nosotros pensamos y soñamos". Pero la verdad creo que es otra: Uds. No saben lo que yo sé; y yo no sé lo que Uds. Saben. Y cuando Uds. Piensan que lo saben todo como cuando crea que yo lo sé todo, es cuando caemos en graves errores.
Varios compañeros ha expresado porque no les gusta esta propuesta, y los motivas van desde la falta de habito para leer, la incapacidad reconocida de no comprender lo poco que se lee; casi la incapacidad de estudiar en silencio, el desconocimiento de un método de estudio, la carencia de un sitio para estudiar, etc.
¿Y los padres de familia -cuando se dispone de ellos- apoyarían este enfoque? ¿Cómo? Efectivamente también este eslabón es partícipe y protagónico en esta tarea. En muchos casos ellos y ellas están ausentes; no porque así lo quieran, sino como consecuencia del sistema laboral que los caza y casi esclaviza, debilitando así su apoyo a la familia y a la formación de nosotras y nosotros.
Si bien todo esto es real e importante, siento que puedo centrarme más en las habilidades que se comienzan a desarrollar al poco andar entre nosotras y nosotros, cuando entendemos y creemos en este protagonismo en nuestro desarrollo con el apoyo de Ud. Y de sus pares, y de nuestros padres; pero sobre todo con la motivación e iniciativa de nosotras mismas.
Efectivamente así es. Como lo conversaba con una de tus compañeras de curso (Cfr. http://www.monografias.com/trabajos84/mirada-maria/mirada-maria.shtml) desaprender es más costoso que aprender. Conlleva una despojarse de seguridades, costumbres, ritos, creencias; y confiar en nuevas formas de relación y trato con Uds. apreciados estudiantes. Donde el ser sujetos no se hace depender de la llamada "madurez" o edad avanzada, sino a la condición de sensibilidad, afectividad y conocimiento propios de cada ser vivo. Funciones que nos permiten expresarnos como personas y recibir a los otros con esos mismos atributos. De esta manera superamos esquemas de jerarquía y autoridad y ponemos bases para la confianza en la diversidad y complementariedad. Creo que tenemos que ser humildes y transparentes; amables y abiertos a los nuevos aprendizajes, y prontos a los cambios que nos requieren el tiempo que vivimos, donde todos tenemos la responsabilidad y oportunidad de buscar y amar la verdad.

¿Cómo buscar la verdad? ¿Por qué buscar la verdad? Son preguntas que nos hacemos como estudiantes en esta sala de encuentro y dialogo; de práctica de respeto y de responsabilidad. Y entre silencios y diálogos, nuestro facilitador va construyendo las sugerencias de respuesta que nos motivan ante todo a amar la verdad.
Toda búsqueda para que sea exitosa requiere de métodos y estrategias adecuadas. El motor que inicia la búsqueda es el amor a ella. La convicción que la verdad libera y la mentira manipula. Con inteligencia y libertad hay que seleccionar y elegir aquella. Por ejemplo, las mayorías notas de prensa hoy día nos llegan envueltas en los puntos de vista e intereses de los Monopolios mediáticos que dicen sus propias verdades y ocultan, niegan o invisibilizan la de otros. Frente a esa avalancha de domesticación de masas, el desarrollo de la conciencia y mirada crítica del estudiante debe de moverlos a analizar e interpretar lo que se vuelca por los canales públicos que no tienen fuente pública sino privada y comercial.
No me gustaría estar en busca de la verdad, sino poseerla y transmitirla a Uds., apreciados estudiantes. Pero ese es un afán pernicioso; y debo desecharlo. El intento de siglos por imponer ese esquema nos condujo al autoritarismo; fuente a su vez de grandes desaciertos y verdaderas masacres de seres vivos. Instituciones y hombres se endiosaron y esclavizaron a sus semejantes, eliminando también a millones por pensar y actuar de modo diferente. Sin embargo, la verdad nos trasciende a todos. Y la condición para caminar hacia ella es que seamos verdaderamente humanos. La verdad se aleja de lo inhumano.
Aquí, en este lugar de privilegio que es el aula, eso es lo que nos une: que somos seres humanos. Y nos diferencian los accidentes, como edad, color, género, procedencia económica, territorialidad, etc. Al centrarnos en nuestra condición humana no es para considerarnos los dueños de la Tierra ni los señores de todos los seres vivos; sino para poner en primer lugar la necesidad de respetar el Universo en que nos encontramos. Es decir, conocerlo no para dominarlo, sino para amarlo, apreciarlo, valorarlo. La lógica de conocerlo para dominarlo y atesorar sin límites es la aberración más dañina para la humanidad. Nuestro enfoque difiere entonces de otros como el de la siguiente cita, porque nos preguntamos como grupo de estudiantes ¿de qué conocimiento estamos hablando? Y cuál es el tipo de conocimiento que necesitamos para traer salud al mundo en que vivimos.
Si conseguimos que nuestra responsabilidad se convierta en respuesta, estaremos iniciando un camino que nos conducirá a nuevas experiencias de desarrollo humano. Si bien es bastante tarde, tal vez no sea en vano atreverse a dar este salto cualitativo.
"El conocimiento se asemeja a la luz. Su ingravidez e intangibilidad le permiten llegar sin dificultad a todos los confines e iluminar la vida de los seres humanos en todo el mundo. A pesar de ello, miles de millones de personas viven todavía sumidas - sin ninguna necesidad- en la oscuridad de la pobreza". (http://www.amauta-international.com/Conocimiento.htm)



Autor:
José Leandro Flores
17 de abril de 2011

La búsqueda de la verdad: horizonte del proceso educativo


"Por qué no me gusta este enfoque…"


El aula: espacio sagrado para la generación de hombres y mujeres nuevos


¿Quién eres… cuál es tu contexto… cuál es tu visión?

 

EL RESPETO SIGNIFICA “RESPUESTA”

Práctica andragógica: un ser humano más amable consigo mismo, sus semejantes y no semejantes.

Por: José Leandro Flores   (17 de abril de 2011)

http://www.2011eda.blogspot.com/

(María, joven de educación media relata su experiencia de estar frente a una propuesta que le invita a hacerse cargo de forma protagónica de su desarrollo cognitivo, emocional y espiritual en el Colegio).

1.      El respeto como base de la respuesta

En el otoño de 2011 un facilitador nos planteó en nuestra sala de clases de educación de adultos una mirada interesante que recoge el quehacer de algunos de sus pares.  “En primer lugar, dijo, no les pido  que en primer término me respeten Uds. A mí, sino que me pongo como primer deber respetarlos yo a Uds. ”. Y continuo: “Entendiendo por “respeto” la capacidad de darles una “respuesta” a cada uno de Uds. , de acurdo a sus necesidades de desarrollo, historia propia, experiencias y expectativas que los alimentan e inspiran”.

-          “Si  no fuera capaz de lograr este objetivo, significaría que Uds., estimados estudiantes, no representarían ser el centro de mi labor como facilitador de vuestro propio aprendizaje y desarrollo como hombres y mujer capacitados y capacitadas para hacer el bien a todo cuanto les rodea en la vida; y yo estaría apartándome mi misión en la vida… si solamente me circunscribiera a pasarles unos contenidos”.

En un primer momento nos miramos las caras unas a otras, porque nos parecía bastante extraño este punto de vista, ya que estábamos acostumbradas a ser consideradas y tratadas como una especie de “objetos” recepcionistas de los contenidos curriculares; los cuales –en mi caso- siempre tenía que memorizar  para poder “repetir” y obtener una buena calificación. Realmente un esquema muy simple y fácil; pero carente de motivación.  Luego, con el paso del tiempo caía en el olvido la mayoría de las cosas así aprendidas, pero no asimiladas ni aplicadas. Entonces, me preguntaba ¿para qué sirve? Y más todavía,  ¿a quién o a quiénes les sirve?

El nos siguió explicando el binomio que “respeto significaría respuesta”. “Fundamentalmente nos dijo: debo de conocerlos, acogerlos y valorarlos. Es decir, darme cuenta de quienes son las personas que están delante de mí; porque decir “personas” es decir “sujetos” que tienen historia, experiencias, conocimientos. Y esta es la manera que Uds. Sean  el centro de mi atención y trabajo; y no sea yo ni mis conocimientos, ni la institución”.

“Es una especie de preparación del “locus”, enfatiza, lugar personal de quienes tendrían que recibir la facilitación para crear, desarrollar y consolidar cultura, valores y espiritualidad”. Y nos mirábamos expresando nuestra extrañeza, haciéndonos preguntas interiormente acerca de qué demandaría de nosotros este enfoque; pero –esta vez- venciendo nuestra acostumbrada desidia, expresada en la reiterativa pregunta: ¿Y eso para qué me sirve? Que era una manera de decir: “no me interesa”. Y lo dejo sin más.

Ahora, al reconocernos como estudiantes y no como clientes, significa que dialogaríamos, confrontaríamos ideas, puntos de vista de una manera respetuosa y positiva; es decir buscando la complementación y no la confrontación, como ha sido nuestra tónica.  Por lo tanto, esa misma atmosfera de respeto como respuesta tendría que florecer entre nosotros como compañeras y compañeros de curso: valorándonos, aceptándonos y escuchándonos con respeto. Sería una consecuencia del ejemplo que ha empezado dando nuestro facilitador. Y con la particularidad que dicha actitud no se espera que sea fruto del mandato o exigencia, sino como efecto espontáneo de darnos cuenta de nuestra condición de sujetos pensantes y responsables de nuestro protagonismo en el triple aprendizaje: cognitivo, emocional y espiritual.

Así mismo nos damos cuenta de la importancia y necesidad de la información. O sea, informarnos para contar con argumentos para conversar y construir conocimiento local o encarnar en nuestra realidad el conocimiento; ojalá para transformarla. Debo decir, que esta práctica no representa nuestro modus vivendi, es más bien algo nuevo y novedoso para todas nosotras. Pero nos resulta muy atractivo el ejercicio… verdaderamente sentimos que nos abre grandes ventanas hacia el exterior, hacia el horizonte infinito de la cultura.

2.      ¿Quién eres… cuál es tu contexto… cuál es tu visión?

María, tu vas comprendiendo muy bien la dinámica de este proceso. Es participativo y comprometido, que requiere una mirada y una dedicación nueva para todos. Y requiere de cada uno lo mejor de nosotros mismos porque la tarea es ardua y con muchas resistencias a lo largo del camino. Muchas de ellas están en nosotros mismos, y muchas también en el sistema. En nosotros, porque generalmente no practicamos un método de estudio adecuado, oportuno y eficaz. Y de parte del sistema, que le importa solamente lo que le sea funcional, y aborta todo aquello que le requiera cambiar o desaparecer.

Efectivamente así es para mí… y representa una aventura atractiva e interesante, que no había experimentado antes, por más sugerencias, consejos y hasta castigos que había recibido de mis mayores. Después de un primer momento en que sentí hurgada y sobre exigida, comencé a comprender que era un beneficio grande que me estaba brindando nuestro facilitador;  me dio alegría sentir que soy yo la primera que necesito construirme una respuesta que de sentido a mi existencia. No importa que dichas respuestas no sean definitivas; ya comprendo que en esto no debo buscar certezas, sino solamente convicciones que vayan orientado mi caminar.

Y me encanto sentirle el peso a esta afirmación: "Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo" del pensador Ortega y Gasset, porque me hace entender la práctica de nuestro facilitador que presta atención al con contexto que nos envuelve y determina; o en el cual nos hacemos o construimos como somos.  Cuando llego al Colegio no puedo desvestirme del contexto de donde provengo, y cuando salgo de él tampoco debería olvidarme de llevar a mi ambiente lo que he vivido en el Colegio. Pero esta simbiosis no está funcionando  normalmente, sino que predomina la ruptura. Por eso me siento como si fuera un vidrio trisado.

Cada día, provengo de una vivienda básica, que el Estado nos entrega a través de un préstamo que brinda un banco… o sea, que nosotros siendo pobres contribuimos al enriquecimiento  de Bancos pagando los intereses por periodos de hasta 20 años, al  4 por ciento. Allí, a nuestro alrededor, no solamente estamos rodeados de violencia, sino también de narcotráfico; de alto desempleo y subempleo que alimenta una cultura de periferia con un descuido del hábitat que se vuelve un lugar árido, desordenado y sucio. Allí vivimos hacinados, sin áreas verdes, sin lugares de recreación o deportes, … nos marginaron y metieron en lugares invivibles, invisibles e inadecuados hasta para que vivan animales; y menos seres humanos. Lugares que se han convertido en fuentes de delincuencia y violencia domestica y social. De allí todos los días hacia el Colegio donde tendríamos que aprender a ser hombres nuevos para colaborar en la transformación del mundo. ¡Qué contradicción!

El contexto si bien no nos determina, sí nos contamina y nos condiciona. Y si bien a nuestros maestros no les pediríamos que nos solucionen estos problemas, sí esperamos que al menos no acostumbres a esta desgracia nuestra, y que no dejara de cuestionarles. Y esperaríamos una pregunta dirigida a nosotros; es decir, a nuestro contexto, y que esperaran la respuesta portadora de nuestro sentir, y a veces de nuestro dolor, tristeza, premura; y también esperanza y optimismo que con un buen desarrollo humano lograremos salir de esos infiernos en la tierra… y así dar un mejor mundo a nuestros hijos.

Esta es nuestra certeza, pese a que en esta realidad que nos toca vivir sea difícil cultivar una visión alta y de largo plazo, que requiere de una base humana firme que la sostenga y alimente. No es casual, por eso, el hecho que más de una decena de compañeros de mi comunidad donde vivo  no resistieron este encierro en la pobreza y marginación y optaron por ponerle término a sus vidas. Hemos llorado cada una de sus partidas, y hemos sentido la impotencia y el desconcierto. Así es la realidad con que nos levantamos y acostamos cada día.

Por eso, nuestro mismo facilitador, probablemente no conoce las dimensiones que tiene para nosotros el buen anuncio que nos ha dado en la primera clase del otoño de 2011, que nos abre horizontes hasta ahora desconocidos por nosotros. Son rutas por caminar como personas desde ya; con un desarrollo cognitivo, emocional y espiritual.

Como facilitador, te confieso estimada estudiante, que me sorprende tu capacidad de respuesta y entendimiento de este trato propuesto, que es una manera de situarnos frente al desafío del aprendizaje y de la formación de ciudadanos en el siglo XXI; porque tenemos la certeza que no podemos seguir profundizando el rumbo equivocado que le imprimieron a esta actividad los que se dejaron manejar por una lógica monetarista y comercial que llegó a su grado absoluto y excluyente.

3.      El aula: espacio sagrado para la generación de hombres y mujeres nuevos.

El Invierno se fue acercando a pasos agigantados, trayéndonos frío y lluvias a granel. Mientras tanto algunos de mis compañeros y compañeras iban buscando responder a las sugerencias de leer o ver aplicando la matriz de: seleccionar/analizar/interpretar/sintetizar.

En un encuentro siguiente, nuestro facilitador  nos siguió planteando la relación “responsabilidad – respuesta”. Explicándonos  que el aula tiene un carácter trascendente y creacional. Un desafío ineludible porque la demanda ya no es solamente de la sociedad sino también del medio ambiente, de la Ecología en que habitamos.

Porque en los últimos siglos, los científicos han tenido en sus manos la misión de desarrollar el mundo en beneficio del hombre… pero al poco tiempo sufrieron el arrebato de esa vocación de parte de los grandes capitales que controlan el desastre de este mundo. Y aquellos se pusieron al servicio de los extraños objetivos de los poseedores de las riquezas de la tierra. Y rápidamente el espíritu de la competitividad paso a ocupar el lugar central de la educación y de la vida.  Algo así, como que tienes que estudiar para ser rico, y distanciarte de la pobreza y de los pobres.

Comprendo tus inquietudes y sentir, apreciada estudiante, que recogen el de un buen número de tus compañeros y compañeras tan sensibles e inteligentes como tú.  Ellas han de ser la fuente de los cambios que  estamos obligados a hacer en nuestra vida y en nuestra actividad cotidiana. No tenemos que tener miedo, porque el temor nos impide salir del enredo en que hemos caído como raza humana y como actividad educativa. Y estas inquietudes no las silenciemos nunca, sino que sean las que guíen nuestro gran empresa de desarrollo humano que tenemos la oportunidad de impulsar en esta aula.

Tenemos que hacer de la  “Aula”, un lugar del “encuentro de lo Trascendente con lo Inmanente”; del vínculo del presente con  la visión de futuro; del reconocimiento de nuestra realidad y de nuestras potencialidades y capacidades ya presentes como la flor hermosa de la primavera en el capullo. Un espacio para el encuentro, el diálogo y las proyecciones como comunidad y no tanto como individuos aislados, desconectados y hasta confrontados.

Bien me parece, estimado facilitador, porque aunque yo venía sólo con la intención de estudiar; entendiendo por esto, el mero hecho de ganarme buenas calificaciones como recompensa de ser una buena “alumna” –ni siquiera “estudiante”-. Es decir, poniéndome en el lugar tradicional de permanecer sentada y casi pérdida en el hacinamiento y bulla de la sala.  

Confieso que el término “sagrado” ya había desaparecido de mi universo mental y verbal. Pero me resulta atractivo relacionarlo con mi aula, donde paso buena parte cada día de mi vida en esta etapa. Valorando ese carácter trascendente que tiene el salir de mi misma al encuentro con el otro. Un encuentro singular por su carácter constructivo, creativo y expansivo. Que no nos encierra en nosotros mismos sino que nos abre y comunica con el Trascendente, quien deja de ser lejano y extraño y se vuelve cercano y amigo. Respetando la diversidad y la libertad de cada uno.

Agradezco tanto tu comprensión de este desafío, María, por emprender y no perder más tiempo… porque estos principios y esta práctica pueden contribuir sin lugar a dudas a que no participemos en lo que sería un  “ecosido”.

4.      “Por qué no me gusta este enfoque…”

Hemos discutido en varias mesas redondas este tema, e identificamos obstáculos que se encuentran dentro y fuera de nosotras y de nuestros compañeros. Partiendo por nuestra misma debilidad, pero si nos atrevemos podemos comenzar a ser estudiantes distintos, nuevos, genuinos. Porque aunque me cuesta reconocerlo, me había acostumbrado a no pensar, a no comprometerme con eso de “estudiar”, y lo tomaba como una obligación impuesta por quienes querían hacer de mí una especie de su doble. Puedo estar equivocada, pero es lo que sentía dentro de mí cuando escuchaba la repetición: “tienes que ser como nosotros o como nosotros pensamos y soñamos”. Pero la verdad creo que es otra: Uds. No saben lo que yo sé; y yo no sé lo que Uds. Saben. Y cuando Uds. Piensan que lo saben todo como cuando crea que yo lo sé todo, es cuando caemos en graves errores.

Varios compañeros ha expresado porque no les gusta esta propuesta, y los motivas van desde la falta de habito para leer, la incapacidad reconocida de no comprender lo poco que se lee; casi la incapacidad de estudiar en silencio, el desconocimiento de un método de estudio, la carencia de un sitio para estudiar, etc.

¿Y los padres de familia –cuando se dispone de ellos- apoyarían este enfoque? ¿Cómo? Efectivamente también este eslabón es partícipe y protagónico en esta tarea. En muchos casos ellos y ellas están ausentes; no porque así lo quieran, sino como consecuencia del sistema laboral que los caza y casi esclaviza, debilitando así su apoyo a la familia y a la formación de nosotras y nosotros.

Si bien todo esto es real e importante, siento que puedo centrarme más en las habilidades que se comienzan a desarrollar al poco andar entre nosotras y nosotros, cuando entendemos y creemos en este protagonismo en nuestro desarrollo con el apoyo de Ud. Y de sus pares, y de nuestros padres; pero sobre todo con la motivación e iniciativa de nosotras mismas.

Efectivamente así es. Como lo conversaba con una de tus compañeras de curso (Cfr.  http://www.monografias.com/trabajos84/mirada-maria/mirada-maria.shtml) desaprender es más costoso que aprender. Conlleva una despojarse de seguridades, costumbres, ritos, creencias; y confiar en nuevas formas de relación y trato con Uds. apreciados estudiantes. Donde el ser sujetos no se hace depender de la llamada “madurez” o edad avanzada, sino a la condición de sensibilidad, afectividad y conocimiento propios de cada ser vivo. Funciones que nos permiten expresarnos como personas y recibir a los otros con esos mismos atributos. De esta manera superamos esquemas de jerarquía y autoridad y ponemos bases para la confianza en la diversidad y complementariedad. Creo que tenemos que ser humildes y transparentes; amables y abiertos a los nuevos aprendizajes, y prontos a los cambios que nos requieren el tiempo que vivimos, donde todos tenemos la responsabilidad y oportunidad de buscar y amar la verdad.

5.      La búsqueda de la verdad: horizonte del proceso educativo.

¿Cómo buscar la verdad? ¿Por qué buscar la verdad?  Son preguntas que nos hacemos como estudiantes en esta sala de encuentro y dialogo; de práctica de respeto y de  responsabilidad. Y entre silencios y diálogos, nuestro facilitador va construyendo las sugerencias de respuesta que nos motivan ante todo a amar la verdad.

Toda búsqueda para que sea exitosa requiere de métodos y estrategias adecuadas. El motor que inicia la búsqueda es el amor a ella. La convicción que la verdad libera y la mentira manipula. Con inteligencia y libertad hay que seleccionar y elegir aquella. Por ejemplo, las mayorías notas de prensa hoy día nos llegan envueltas en los puntos de vista e intereses de los Monopolios mediáticos que dicen sus propias verdades y ocultan, niegan o invisibilizan la de otros. Frente a esa avalancha de domesticación de masas, el desarrollo de la conciencia y mirada crítica del estudiante debe de moverlos a analizar e interpretar lo que se vuelca por los canales públicos que no tienen fuente pública sino privada y comercial.

            No me gustaría estar en busca de la verdad, sino poseerla y transmitirla a Uds., apreciados estudiantes. Pero ese es un afán pernicioso; y debo desecharlo. El intento de siglos por imponer ese esquema nos condujo al autoritarismo; fuente a su vez de grandes desaciertos y verdaderas masacres de seres vivos. Instituciones y hombres se endiosaron y esclavizaron a sus semejantes, eliminando también a millones por pensar y actuar de modo diferente. Sin embargo, la verdad nos trasciende a todos. Y la condición para caminar hacia ella es que seamos verdaderamente humanos. La verdad se aleja de lo inhumano.

Aquí, en este lugar de privilegio que es el aula, eso es lo que nos une: que somos seres humanos. Y nos diferencian los accidentes, como edad, color, género, procedencia económica, territorialidad, etc. Al centrarnos en nuestra condición humana no es para considerarnos los dueños de la Tierra ni los señores de todos los seres vivos; sino para poner en primer lugar la necesidad de respetar el Universo en que nos encontramos. Es decir, conocerlo no para dominarlo, sino para amarlo, apreciarlo, valorarlo. La lógica de conocerlo para dominarlo y atesorar sin límites es la aberración más dañina para la humanidad. Nuestro enfoque difiere entonces de otros como el de la siguiente cita, porque nos preguntamos como grupo de estudiantes ¿de qué conocimiento estamos hablando? Y cuál es el tipo de conocimiento que necesitamos para traer salud al mundo en que vivimos.

Si conseguimos que nuestra responsabilidad se convierta en respuesta, estaremos iniciando un camino que nos conducirá a nuevas experiencias de desarrollo humano. Si bien es bastante tarde, tal vez no sea en vano atreverse a dar este salto cualitativo.

“El conocimiento se asemeja a la luz. Su ingravidez e intangibilidad le permiten llegar sin dificultad a todos los confines e iluminar la vida de los seres humanos en todo el mundo. A pesar de ello, miles de millones de personas viven todavía sumidas - sin ninguna necesidad- en la oscuridad de la pobreza”. (http://www.amauta-international.com/Conocimiento.htm)



http://www.monografias.com/trabajos84/mirada-maria/mirada-maria.shtml

http://www.centrocatolicoromero.blogspot.com/


TESTIMONIO EVANGELICO DE MONS. ROMERO:
HACIA UNA SOCIEDAD RECONCILIADA EN LA VERDAD Y LA JUSTICIA
(Santiago, Chile, 23 de Marzo de 2011)
José leandro flores
Jleandrof182@gmail.com
www.2011eda.blogspot.com
Introducción
A la hora de escribir esta participación en el 31 aniversario del testimonio de entrega de su vida de Mons. Romero por la causa de la reconciliación de la sociedad salvadoreña, en varios lugares del mundo el remolino de la violencia y de la guerra está causando estragos. Están rugiendo las armas y el odio.
Una sociedad reconciliada en la verdad y la justicia, … sigue siendo una profunda aspiración de la humanidad, acrecentada por la dramática realidad ecológica y social.
Si hay algo que hemos perdido: es la “reconciliación”; pero antes que eso, nos hemos alejado de las sendas que conducen a ella. Por obra de la aplanadora de los mass media agrupados en Monopolios-que ocultan grandes verdades, y repiten hasta el cansancio medias verdades y mentiras objetivas. A esto se añade /de manera aparentemente inocua silencios…, grandes y permanentes silencios que contrastan con la VOZ DE LOS SIN VOZ por más de 34 años.
La voz, la opción, la actitud de Mons. Romero a partir de su “conversión” que él reconoce en su itinerario espiritual no ha cesado de crecer en ser ejemplo de ciudadano, de cristiano y de pastor. Por eso estamos aquí: para confirmar y acrecentar la senda en que estamos; que es un camino de esperanza y de realizaciones.
Dentro del vasto marco que llena Monseñor, oriento esta reflexión a tres aspectos que también sobresalen en su testimonio hacia una sociedad reconciliada en la verdad y la justica.
1. “ser signo de contradicción”.
2. La centralidad de la conciencia y paradigma de la comunicación.
3. Reconstruir el tejido social y la organización social.





1. SIGNO DE CONTRADICCION.
La búsqueda de reconciliación condujo a Monseñor “ser signo de contradicción”. El se vio –tuvo la valentía de situarse- en la disyuntiva de optar. Los signos de los tiempos expresados crudamente en la explosión social delante de sus ojos, y que le arrebataba de sus manos y de su afecto a quienes como Pastor eran sus ovejas: ciudadanos, catequistas, sacerdotes…
Pudo haber seguido guardando silencio, y tratando de navegar en medio de la vorágine tan impetuosa y sanguinaria; como en medio del agua y el aceite…. Y así hasta la muerte del individuo. No del sistema.
Actitud y conducta calificada de tantas maneras, con claros matices ideológicos: “piadoso varón” santa prudencia, celoso religioso, fiel a la Iglesia,…
Como él lo dice y denuncia, el grupo de poder instalado en los poderes político-económico-militar al ser signo de reconciliación lo denominan y tratan como signo subversivo. Para colocarlo en el centro de ataque que tiempo después conduciría a gastar un millón de dólares diarios para destruir la subversión en el territorio salvadoreño.
Sin embargo, el testimonio de Monseñor por una sociedad nueva en su territorio, fue optar y trabajar por la vida de todos. Que todos vivan sin pasar por pasar por la muerte del otro. ? Qué sentido tiene cantar victoria y pretender vivir sobre las cenizas de los otros?
Si el Obispo no se hubiera puesto en ese lugar de expiación en fidelidad a su Misión de pastor y con la misma intensidad en solidaridad con su pueblo, probablemente hubiera sido el pecado más grave de la Iglesia. O sea, nuestros largos silencios nunca son neutrales, y sirven a quienes convienen y pagan con creces esas complicidades.
El profeta, siempre recibe, primero las seducciones de compra; para luego dar paso a la persecución y muerte. Cuando uno veía a Monseñor, uno sentía que el transmitía esa conciencia; pero con una gran serenidad y confianza que a uno se ponía nervioso. (El ultimo mes de su vida, el pidió que no lo acompañara nadie, para evitar que corrieran el mismo peligro que el corría).

Entonces, la senda hacia una sociedad nueva, fundada en la justicia y la verdad, fue y es hoy día y en todas partes, una opción por el amor concretizado en “solidaridad” permanente y sin límites.
Esto él lo practicó de manera como estas:
• Censuraba y condenaba las acciones, los hechos; no a las personas.
• No discutía –ni con sus hermanos obispos que lo atacaban públicamente.
• Conformo equipos de trabajo y confió en ellos, en sus trabajo e informes, de los que sacaba los datos que anunciaba en la Homilía.
• No se difuminaba por lo general; sino que era muy concreto: inmerso en su contexto, en su realidad.

2. Centralidad en la conciencia.
Hablar de “sociedad reconciliada en la verdad y la justicia, es hablar del “reino de Dios”…
Como toda persona revestida o a quien le han confiado un poder, debía entonces ser fiel a ese poder constituido. Pero en este caso, se habla que la fidelidad es al Evangelio. Y esa fue su apuesta. La fidelidad al Evangelio conlleva la ruptura con poderes constituidos sobre intereses de otra índole.
En este punto se da la contradicción entre leyes, promesas, costumbres y Espíritu. El Espíritu recoge la vida de la realidad, que es dinámica, cambiante, desafiante. (No así las leyes ni las promesas).
Aquello de “no he venido a cambiar la ley y los profetas…, sino a darles cumplimiento” tiene sentido en pagina que escribió Monseñor. El no renegó de nada de la doctrina…, solo que fue al espíritu de la misma, a su significado literal, alejándose de las metáforas y apariencias.
Esto atrajo a multitudes que vieron en él a alguien que los escuchaba y miraba y se ponía en el lugar de ellos. Es decir, salía de la seguridad de los palacios a la intemperie del campo, donde corría la persecución, la violencia, y el despojo por mucho tiempo.
Y contra todo pronóstico, el centro de su actuar, paso de la estructura de poder a la estructura de su conciencia, por la demanda de la realidad; es decir, el grito de los pobres (pobres económicamente, socialmente, culturalmente, jurídicamente, etc.)
Monseñor abandonó la senda de la ceguera y de la sordera –que es muy común- y es la fuente de antitestimonio si proviene de los discípulos de Jesús. Al abrir su conciencia entraron a raudales los clamores del pueblo. El se convirtió en un gran depósito del pueblo hambriento de justicia y de verdad.
El camino hacia la reconciliación comienza con la conversión. Una conversión que consiste en escuchar los clamores de los que están a su alrededor y de la tierra.
Es la conciencia –y no los conceptos ni las estructuras de la Institución- que dan cabida a la sensibilidad y a la respuesta oportuna y eficaz. Es la conciencia la única realidad con sensibilidad de lo que es pecado (es decir, “muerte de Dios”).
“La Iglesia no puede callar ante esas injusticias del orden económico, del orden político, del orden social. Si callara, la Iglesia sería cómplice con el que se margina y duerme un conformismo enfermizo, pecaminoso, o con el que se aprovecha de ese adormecimiento del pueblo para abusar y acaparar económicamente, políticamente, y marginar una inmensa mayoría del pueblo. Esta es la voz de la Iglesia, hermanos. Y mientras no se le deje libertad de clamar estas verdades de su Evangelio, hay persecución. Y se trata de cosas sustanciales, no de cosas de poca importancia. Es cuestión de vida o muerte para el reino de Dios en esta tierra”.
Y paradigma comunicacional
El testimonio de Monseñor hacia una sociedad reconciliada en justicia y verdad, quiero destacar el énfasis, dedicación y tenacidad en procurar y lograr que la palabra de vida, de liberación, de verdad llegara a quienes les importaba: las grandes mayorías de la sociedad, del País.
Por eso, si bien le dinamitaron varias veces las antenas de la radio YSAX (y radio noticias del Continente); las mismas siempre se levantaron y hasta se potenciaron. Era el vehículo para llevar una palabra de vida y de justicia.
(Que gran contraste con el menosprecio que se observa hacia el uso de los medios… en gran medida porque no hay novedad que compartir).
Así, “ser voz de los sin voz” no es “imponerles voz al pueblo de Dios” sino escuchar y dar extensión por los medios de comunicación a la voz de ellos; es decir a su realidad con toda su crudeza como lo era en su contexto y lo es en todos los tiempos y lugares. En esto consiste el “profetismo” de Monseñor.
El abrió el espacio de la comunicación a la dimensión de la realidad. Lleno con la realidad del pueblo, con la novedad permanente de la historia, el espacio comunicacional. Por eso, no hay repetición en su mensaje dominical. (Y los aplausos de la Asamblea prácticamente a cada párrafo de su alocución son signo de esa frescura y sintonía con la vida del pueblo de Dios y pueblo natural, como él mismo hace la diferencia).
3. Apoyo y acompañamiento a la organización social
Para finalizar, no porque sea lo menos importante, de Monseñor tenemos la gran lección de apoyo sin medias tintas, y sin afán de manipulación, sino respetando la diversidad, me refiero al apoyo a la reconstrucción del tejido social. El apoyo a la organización del pueblo.
Esto constrata con el afán millonario por fomentar el individualismo y el consumismo entre los ciudadano.
La opción de monseñor de apoyar el derecho a la organización de los ciudadanos para buscar la justicia y la verdad, le atrajo la incomprensión de sus pares y del poder. Sin embargo, él solamente buscó ser coherente con lo que se firma y se publica: concilio vaticano II, Medellín y Puebla. Se centro en las tres verdades: sobre Dios, sobre la Iglesia y sobre el Hombre (Declaración de Puebla”).
Conclusion
Conocer a Monseñor Romero es conocer un camino, una motivación excepcional, un desafío, una confirmación tal vez de lo que ya vienes haciendo!
Y su práctica seguirá creciendo en la medida que más personas, mas jóvenes lo conozcan –como viene sucediendo en el mundo entero-.
Pero la tarea en nuestra realidad es doble, es muy grande, porque el peso del sistema es poderoso, englobante, y casi triunfante… pero los grandes desequilibrios y empobrecimiento con el nombre de endeudamiento es creciente y muy preocupante.
Así mismo, me parece, la falta de profetismo decidido y necesario como lo clama la realidad, también es muy grande en nuestro medio. (Profetismo en el sentido romeriano: recoger el continuum de la realidad y darle alas en los canales de comunicación… o sea, ser voz de los que no tienen voz.

***************************


La mirada de María: En busca de un punto de encuentro para comenzar…






  1. María
  2. El síndrome de la reacción
  3. Yo no soy quien
  4. El comienzo a partir del fin
  5. Donde aprendo
  6. No quiero caminar sola...
  7. ¿Pesimista?
  8. ¿Qué hay de mi rebeldía?
  9. Un adulto
  10. Es hora de construir
("María", Es una adolescente de II de Educación Media. A partir de su experiencia, este relato se extiende a una imagen corporativa o imaginaria del pensamiento adolescente y juvenil de muchos jóvenes de hoy).

"Muchos días son noches para mí, y camino en medio de ellos como una especie de robot. Miro pero no veo. Estoy en la sala de clase, pero no estoy. Oigo pero no escucho… A veces pienso que todos son como yo, pero que disimulan. Tengo la impresión que nadie cree en lo que dice. Que todos llevan dobles vidas… y por eso, yo prefiero ser de una pieza".
"Por supuesto, esto no lo converso con nadie -Con mis amistades nada más- somos como somos, y no nos cuestionamos de cómo somos. Es más, la verdad es que no nos interesa ser como los demás. Nos caen mal. Creemos que están equivocados, y que han hecho todo mal; incluso con nosotras han sido torpes".
"En realidad, nosotras no somos como somos porque queramos, sino porque somos el producto de las circunstancias que han creado a nuestro alrededor los adultos. Ellos han tenido el primer turno de ser los protagonistas, y nosotros somos en gran parte su producto. Somos su resultado. Por eso nos molesta mucho que se quejen, que nos reclamen, y que nos acusen, como si sólo nosotras fuéramos las tontas, las flojas (perezosas), las descarriadas".
"De verdad, nos reímos de todo esto, porque sinceramente pensamos que todos esos epítetos en primer lugar se los merecen ellos mismos. Aunque no se den cuenta o no quieran reconocerlo.
"Y por eso, me he decidido a escribir este relato, para dar cuenta de lo que he vivido y he visto que a otras les ha tocado vivir; que no son cualquiera, sino que son mis amigas y amigos, conocidos y vecinos. No me anima el resentimiento ni sentimientos de venganza; al contrario, soy consciente que necesito de todos Uds. para poder vivir y desarrollarme. Pero esto solamente va a ser posible cuando "nos entandamos".
"Bien sabemos que lo que hoy reina entre nosotras, es la descalificación. Y esto está generando una fuerza que nos impulsa a actuar a nosotras de manera incontrolada y de forma reaccionaria. Uds. Tienen que saber que nosotras somos las primeras en darnos cuenta, porque lo vivimos así, … estamos siendo víctimas de un síndrome perverso de incomunicación".
"Este fin de semana para mí ha sido un desastre. He consumido, me he dejado llevar por la vorágine del descontrol personal, envuelta en el remolino de la irresponsabilidad conmigo misma, con mi salud, con mi dignidad… Y ante esto, yo casi los puedo comprender a Uds. Que me juzguen y condenen como una cualquiera, sin valores ni principios… Pero quisiera que se dieran cuenta que todo esto es una "reacción".

Creo (punto de vista del adulto) que este puede ser un buen concepto para tratar de explicar el abismo en que estamos, donde no nos conocemos, ni nos valoramos, ni nos amamos… aunque vivamos bajo un mismo techo y usemos la misma mesa para comer. Es allí donde nos ignoramos, nos juzgamos y despreciamos.
María: Yo siento vuestro desprecio; y con seguridad, Uds. Sentirán mi desprecio, porque los desprecio por ser como son. Si Uds. Piensan que yo soy víctima; yo también pienso igual que ustedes son víctimas de las circunstancias, de los tiempos, del sistema. Que ustedes no son libres. Tampoco responsables, ni éticos, ni religiosos, ni sinceros. Más bien entre ustedes son cínicos, falsos, de dobles estándar, explotadores, individualistas, violentos y excluyentes.
¿Cómo pueden pretender, entonces, ustedes que yo y mi generación se alinee a vuestra farsa? No creen que sea demasiado pedir; y que sea una petición absurda. Creo que solamente los estúpidos podrían acatar tan temeraria solicitud. ¿Acaso no se dan cuenta que Uds., los adultos, han creado una senda de muerte, individualista; que rehúye de la verdad y de los desafíos. Sí, lo que reina entre Uds. Es la cobardía, es la esclavitud, y la fantasía.
Y, de verdad, no crean que esto es "odio". Porque no lo es. Es el síndrome de la reacción. Es decir, la consecuencia de que no nos entendemos, que no nos amamos; que no solidarizamos. Uds. No quieren conocernos porque no quieren aceptarnos; y a nosotras nos pasa igual. Por eso no crecemos. Por eso caminamos hacia un distanciamiento cada vez mayor en el que nos encuentra la muerte como fin de esta larga incomprensión.

Yo no soy quien para construir sola puentes. Y de nada serviría si acaso fuera capaz de construirlos, porque Uds. No los cruzarían, porque no son de Uds. El egoísmo, por lo general, nos induce a desacreditar lo que hacen los otros, por el hecho de ser hecho por los otros, y no por ti. Pero en este caso, estos puentes para el encuentro solamente pueden ser creados con la participación de jóvenes y adultos. Aunque es cierto, que por hoy no estamos haciendo nada, porque nos ignoramos y hasta despreciamos sin miramiento alguno.
No te he revelado mi edad; ni lo voy a hacer. Pero ya puedes suponer que no tengo muchos años, porque cometo muchos errores. Todavía no tengo la virtud de la prudencia. Es cierto. Pero tengo la virtud de la sensibilidad; poseo sentimientos y emociones que me indican por donde no está la verdad ni la justicia. Por eso rehúyo someterme a Uds. y a su propuesta de vida; porque no es vida, sino servidumbre.
Y es por eso, que mi mayor compañía es la soledad. Yo me siento y camino sola. No reconozco amigos ni maestros. En esta noche oscura suenan con fuerza los gritos de la desesperanza, la desilusión y la amargura. Es cierto, te confieso que no soy feliz; que no conozco la paz, ni el amor. Por eso me envuelvo en las burbujas del placer y de las sendas ahumadas para salir de este mundo chato. Sé que estoy en un camino equivocado en medio de otras sendas también equivocadas que son las de mis congéneres adultos. ¿Por qué no reconocemos que ambos estamos equivocados? ¿Que ni unos ni otros poseemos la verdad? ¿Cuándo podríamos ponernos de acuerdo en esto?
De verdad creo que si diéramos vuelta a la página, e iniciamos un verdadero camino hacia nosotros mismos y hacia la esencia de nuestro mundo; sin máscaras ni dogmas; sin autoritarismos ni estigmatizaciones previas. Convencidos que como seres humanos, tenemos una tremenda responsabilidad de salvarnos como especie, y terminar de atacar la naturaleza que nos sostiene y alimenta.
Es cierto que tenemos que educarnos, pero educarnos todos. Y dejemos ya esa pretensión de que Uds. Nos van a educar a nosotras, porque ante todo Uds. No son educados. Una persona educada no miente, no explota, no se apropia de lo ajeno, no acumula, no roba, no incumple las leyes, no finge ser religioso, no sacraliza la propiedad privada.
Quizá desde nuestra irreligiosidad y desde vuestra religiosidad podamos salir y encontrarnos como lo que somos, para reinventarnos y reconstruirnos, y así comenzar a vivir.

Así es como yo me imagino que puede ser el principio de nuestro encuentro. Dándonos cuenta que unos y otros estamos extraviados. Perdimos el rumbo –Uds. Antes que nosotras- Pero lo que importa ahora es que comencemos a mirarnos a los ojos, y ver que realmente somos seres que tenemos que hacernos de nuevo, y así renovar todo lo que nos rodea como ideas y como realidad.
No hay tiempo que perder. En esto concordamos: en que Uds. Y nosotras ya hemos tocado fondo. Estamos hecho trizas. Todo lo contaminamos, todo lo destruimos; hemos llegado a ser expertos en maltratar a los otros y a lo otro (la Naturaleza). Nada nos detiene, ni el descalabro ecológico que ya nos envuelve cual siniestro visitante que se acerca a sus autores. Autores que están sordos, ciegos y encarcelados en sus miserables ambiciones de poder y consumismo.
Estas son las cenizas en las que podemos encontrarnos, cuando reconozcamos lo que somos, y nos despojemos del afán de "formar", "educar" y domesticar a los otros.
El tiempo no puede ser más propicio; no porque nosotros seamos excepcionalmente inteligentes ni buenos, sino porque la naturaleza, nuestra madre, nos apremia con amor y con desesperación para que despertemos del sueño y salgamos de la droga en que los grandes intereses económicos e ideológicos nos han encarcelado.
Yo no creo que este comienzo sea imposible. ¡Por favor!, concordemos que es necesario y oportuno que comencemos ahora.
Uds. –los adultos que me rodean- están cansados, desorientados, y sobre todo estancados. Han caído en un hoyo tan profundo, que no tiene reversibilidad. Y esto los tiene desesperados, nerviosos, ahogándose en la vorágine de un consumismo irracional, como para no ver, ni escuchar, ni sentir. O sea, una especie de estar muertos en vida.
Y yo creo que este es el problema principal; y no nosotras ni nosotros, las nuevas generaciones. Aunque con frecuencia estamos siendo estigmatizadas de ser las causantes del desajuste que hoy vivimos. Lo que sucede es que nosotras consciente o inconscientemente estamos negándonos a recibirles la antorcha apagada que Uds. quieren pasarnos. Sepan que nosotras nos resistiremos sin límites, porque sentimos que estamos en la razón. Si Uds. –o lo que Uds. representan- han destruido el hábitat, a nosotros nos toca no sólo recibir esa herencia y vivificarla; tarea que sólo podremos emprender si nos desprendemos de vuestro paradigma.

En las aulas no aprendo. Me siento forzada a estar ahí. Siento que es una educación que no me servirá para cambiar el mundo, porque son enfoques más bien para dejarlo como está y seguir maltratando nuestro mundo con un sistema poco ecológico.
Sí, rescato que hay profesores que privilegian escucharnos y parten aceptándonos como somos, con nuestros colores y peinados, con nuestros temas y lenguajes. A los cuales les pedimos no que nos dejen como estamos, sino que nos acompañen para que juntos podamos salir ellos y nosotros desde donde estamos.
En este sentido, yo no me siento totalmente reaccionaria, sino más bien, "accionaria". Y esto molesta a muchos, a los que siguen con una actitud autoritaria y dogmática. De verdad, el aula de clase se me vuelve algo así como una prisión. Algo pasa que no me gusta. No sé si es algo externo o interno a mí. Pero me fastidio. Perdón por este estado de ánimo que no entiendo ni yo misma.
A veces tengo unos momentos distintos, y es cuando algún profesor tiene tiempo para "escucharme". Por lo general, así puedo expresar mis búsquedas, mis equivocaciones y mis temores; también mis rabias y resentimientos. Y me agrada sobremanera que me comprendan como soy, como punto de partida para la aventura de cambiar; que no me juzguen ni me condenen. En realidad, yo soy la primera que estoy consciente que no estoy totalmente en el camino de la verdad, sino en gran medida, en el de el de la rebeldía, la desorientación, -incluso la destrucción de mí misma-, la de la curiosidad y la búsqueda.
Aprender me va constando sangre, sudor y lágrimas. A veces, siento que es una tarea que me supera. Otras veces, que no vale la pena aprender para permanecer siendo una excluida, un ser al margen de la vida y de la dignidad que debiera tener todo ser humano. Y otras veces, también me doy cuenta que es la mejor vía para ser alguien, para ser una persona realizada.
Hay muchísimas cosas que necesito aprender..., pero no sé cómo. Sobre todo no cuento con los espacios propicios para esta actividad. Hay demasiado ruido en mi interior y a mí alrededor.
Sin embargo, tengo intuiciones y certezas de aspectos esenciales que tengo que aprender, como es mi sentido de pertenencia. Responderme esta pregunta: ¿a dónde pertenezco? La claridad que alcance en esto, me ayudará también saber hacia dónde me dirijo o debo dirigirme. Mientras no solucione esto, me encuentro en todas partes fuera de lugar. Y este desencuentro de contexto, refleja también mi desencuentro interior: ¿Quién soy?
Desgraciadamente casi no tengo "acompañantes" que me ayuden en esta búsqueda. Por lo general ellos o ellas se centran en sus materias de clase. Es la educación bancaria y libresca. A mí me parece que ellos mismos, en muchos casos, no han resueltos estos temas en sus vidas. De modo que mi aprendizaje, en las aulas sigue siendo en grado mínimo, en relación a mis grandes necesidades, vacíos, inquietudes,… Lo mismo puedo decir de de mi llamado "hogar" o "familia". Y me enfrento a un vacío: ¿quién está dispuesto a enseñar y a aprender simultáneamente?

Están equivocados quienes creen que quiero caminar sola. Todo lo contrario, me da pánico la soledad. Por eso siempre me verán escuchando música, como una forma de sentirme en comunicación con otros y otras. Sí, es cierto, que tiendo a aislarme y distanciarme de los adultos; y con ello les quiero decir: que no me gusta que me tomen como "menor" y/o como descarriada, como alguien a quien sólo hay que llenar con conocimientos. Lo que necesito es que me den espacio, me escuchen y que me hagan sentir que soy "alguien", que soy una persona que piensa y que siente; que también tiene o desea tener proyectos, metas, éxitos.
No crean que disfrute mi ignorancia, mi falta de palabras y de razonamiento... Ellas son las carencias más profundas que siento. Es una oscuridad que amenaza con envolverme como diciéndome que no tengo nada importante que decir y qué hacer. Es más, me anula. No existo.
Por eso, mi verdadera búsqueda es la de la amistad. Es decir, una vía amable. Voy buscando el encuentro con el otro. Y así camino de un lado para otro, recorro kilómetros de lugar en lugar. Uds. me verán muchas veces así, caminando junto con otros de mi edad. Somos buscadores de sentido, de horizontes, de algo y de alguien. Quisiera que mi silencio lo escucharan como "gritos", como llamadas a nuevos encuentros: con el amor, con la esperanza, … y también con Uds.

Es lo más probable que me juzguen así. Pero créanme que no me siento causa, sino víctima de muchas cosas. Receptora de la desesperanza; heredera del fracaso existencial y social de una generación que edificó sobre un sistema que hace rato perdió la buena relación con la vida, con la Naturaleza, con la trascendencia. Por lo tanto, mi generación no está recibiendo un mundo como quizá Uds. Lo recibieron; sino que me siento recibiendo casi cenizas.
A veces puede más mi pesimismo, y me abandono.
Pese a todo, es una hora para comenzar, edificar; comenzando por poner los cimientos. Y me gustaría que Uds. lo comprendieran así e hiciéramos juntos un nuevo camino.
Para ello, sí, queremos prepararnos en serio y con responsabilidad generacional. Sin dogmas, sino en el universo de la diversidad, sobre la cual tenemos que elegir lo mejor en todos los campos que constituyen el ser humano. Y claramente allí está el piso a partir del cual vamos a construir nuestro imago-mundo, nuestro nuevo paradigma; el cual necesariamente va a ser distinto del actual. Esto es motivo de gran alegría porque el continuismo carece de sentido para todos los seres vivos que poblamos la tierra, y para la tierra misma.
Entonces, Uds. pueden tratar de entenderme y comprender que mi "pesimismo" más bien es rechazando la oferta que existe. Una oferta que proviene de vuestras manos vacías; y son Uds. más bien que estáis ahogados por una desesperanza que os mata. Basta ver cómo están de caóticas las relaciones intrafamiliares, lugares donde habitamos que han dejado de ser "hogares", y donde ha desaparecido la comunicación. Acaso ¿puede existir un ser humano sin comunicación?. De cierto, que no. Es esa la fuente verdadera del "inhumanismo" que Uds. resienten, y que todos resentimos.
Sin embargo, yo me siento como "un árbol verde", ya sea en medio del bosque como en medio de los desiertos. Y esta vida no me quiero dejar arrebatar por nadie; ni depender de fantasmas. Es mi esencia personal; de la cual dispongo para compartirla.

Mi rebeldía es lo que más manifiesto, porque la expreso en todo tiempo. Generalmente es contra los adultos, y sus propuestas. Mostrándoles que no me interesan. Que no las necesito. O sea, no caben en mi cabeza que está llena de rechazo por todo. Yo sé que esto no está bien, pero lo hago por un tiempo, porque me interesa hacerlo saber.
Lógicamente yo sé que esto puede desarrollar procesos de búsqueda, preguntas, y no sólo inquietudes, entre Uds. los adultos. Y eso es lo importante. Así, de seguro, que nos vamos a encontrar en un punto del camino, donde se de la encrucijada, el cruce de caminos, y juntos, cada uno reciba el aporte para que pueda el otro hacerse desde su experiencia.
Y, creo, que nadie puede ignorar que hay muchas razones para ser rebelde. Es decir, para no estar de acuerdo con todo esto, para no ser pasivos y solamente agachar la cabeza a todo lo que representa el autoritarismo del orden patriarcal –conducdo no solamente por varones, sino también por mujeres- imperante, que domestica y esclaviza a los seres humanos que lo toleran. Por lo tanto, en la medida que se vaya construyendo un nuevo estilo o forma de ser (paradigma), lógicamente se deberán ir desvaneciendo los niveles de rebeldía.
Me parece, también, que todavía no hemos llegado al "pick" del auge de la rebeldía; y que todavía faltan hitos importantes de la que seremos o serán protagonistas los jóvenes. Sabemos que no somos los más fuertes, sino los más débiles, los más carentes..., pero también los portadores de mayores sueños.
¿A qué se debe mis debilidades? Lógicamente a una situación integral: poco tiempo vivido, pocas experiencias, poca cultura; pero a mi alrededor, entre ustedes, tampoco veo muchas fortalezas, sino más bien, frustraciones, violencia, incomunicación.
Pero el camino no es por la vía de la comparación ni de la rivalidad..., sino claramente por la complementariedad y comunión. Es decir, darnos cuenta que somos seres en construcción, en definición; realizándonos a cada instante. Entonces, necesitamos unos de otros por igual. Nadie es completa ni está hecho o determinado.
Con este enfoque estamos ante un horizonte más dinámico y abiertos a los cambios. Nos alejamos del determinismo y del estatus quo. Nuestra naturaleza es el cambio.
El sol envuelve las tinieblas de mi ser interior,
El silencio de la Naturaleza,
Hace escuchar sus gritos de vida en mi alma callada;
En la lejanía, una luz que titila
Como un niño que empieza la vida.
Callo por no gritar,
Miro para no ver;
Y camino para no sucumbir en el precipicio
Del sinsentido.
¿Hay alguien que sienta y que vea?
Que quiera detenerse…
Y salir de su ruta
¡Para escuchar!
Tal vez mi nombre (María)
Como mi apariencia
No digan nada o casi nada…
Pero soy un Universo
Igual que tú.
Por eso digo: "No todo está perdido",
Aunque así lo parezca
Cuando el respeto se hace trizas
Y la burla es la moneda de cambio
Para comprar la nada.
Aunque sea por un momento
Me doy cuenta
Que ser joven no es una meta
Sino un camino para no andarlo sola.

María, te he escuchado con mucha atención… porque con frecuencia más me he escuchado a mí mismo y a mis pares. Lo que se ha convertido en una rutina, y en un camino sin salida.
Reconozco que me da temor todo. Aferrarme y des-aferrarme de las ideas e ilusiones en que me apoyo. Por eso agradezco tu sinceridad, que representa la de millones de jóvenes como tú. Hoy más que nunca decir "joven" es decir mentalidad nueva, visión nueva, paradigma nuevo.
Es la fuerza de la Naturaleza que emerge en sus nuevos hijos. No podría haber nacido un árbol nuevo de otro viejo; solamente ramas. Probablemente nuestros temores sean mutuos, pero no permitamos que nos paralicen.
Uno los pasos que más me cuesta dar, es ponerme en línea horizontal contigo; solamente que un poco más adelante, pero no por encima de forma jerárquica. No sé porque esa figura casi la asocio a la "caos", desorden o desequilibrio. Y por lo mismo, peligrosa.
La construcción de confianzas es la gran tarea inmediata. Darnos cuenta que ambos grupos atareos debemos buscar la verdad.
LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD
Tendremos que unir entonces, nuestra experiencia con vuestra vitalidad, para buscar la verdad. Verdad que no está en lado alguno, sino por delante de ambos.
El desprendimiento que esto supone es de dimensiones insospechadas; pero ya estoy convencido que es un proceso necesario. Porque no podemos seguir sosteniendo, como se ha hecho por todas las vías, desde la persuasión hasta la imposición a sangre y fuego, de un modelo cultural.
Buscar la verdad es lo más ético que hay. Y requiere partir desde el valle descampado en el que la realidad nos ha colocado; y no desde las efímeras trincheras de los poderes constituidos. Por lo tanto, quiero decir que no es ético insistir en enseñar como verdad lo que intencionalmente ha sido constituida como tal, con frecuencia por motivaciones o intereses de grupos humanos.
Pero ¿cómo podemos buscar la verdad? -Sí; no me resulta tan fácil como pareciera, porque me requiere previamente una deconstrucción de los cimientos en que levanto mi existencia, el sentido de mi vida. Sin embargo, estoy dispuesto, porque soy un convencido que hace tiempos ya que perdimos el rumbo; desde el momento en que nos creímos ser los "señores" de la creación, y que todo estaba a nuestros pies. Pues ahora, para nuestra desgracia, está así. Lo cual significa -de forma real- nuestra muerte, ¡nuestra desaparición del planeta!
Siento que nuestras tradicionales "verdades" se han transformado en mitos. Verdaderos "constructos" hechos a la medida de intereses funcionales manifiestos y no manifiestos. Han sido construcciones culturales para que soportaran nuestros enfoques socio-económicos, al servicio de los cuales se pusieron las religiones.
Creo firmemente que ha llegado la hora de re-construir todo desde la base. No es una iniciativa por capricho, sino por responsabilidad. Una verdadera exigencia de la vida, para contrarrestar la muerte de todo lo que vive sobre la Tierra. En esta posición no hay ninguna exageración, es solamente una constatación de las evidencias que ya existen a nuestro alrededor y alrededor del mundo. Lo que pasa es que no sabemos cómo reaccionar. Nos falta autonomía e independencia. Nos falta voluntad e inteligencia. Y nos falta unión.
Pero tenemos que despertar de este estado de somnolencia o drogadicción. Reconozco que la atmósfera que nos envuelve es de temor, depresión, stress. Y no nos sentimos libres, sino aprisionados por fuerzas tangibles e intangibles. Hay poderes realmente sofisticados que nos tienen de rodillas; poderes políticos, ideológicos, religiosos.
Ahora bien, estos problemas no te los debería transferir a ti, y a ustedes, jóvenes. Son nuestros problemas que llevamos ocultos; pero no podemos evitar sus efectos que nos tienen enfermos. Enfermedad que se asemeja a una parálisis, a una renuncia de soñar, de crear, de innovar por nosotros mismos. Estamos en manos de los dueños de las máquinas con su omnímodo poder económico, también se han apropiado de todo lo que necesitamos y consumimos, incluyendo lo que comemos.
Y la verdad, es que nunca se me había ocurrido buscar apoyo, y hasta ayuda, en Uds. Porque me "aprendí" a verlos como "débiles", irrespetuosos y extraviados o perdidos. O a lo sumo, como personas a criar y educar. Un esquema aparentemente bienintencionado; pero demasiado simple, y claramente con niveles insospechados de ocultamiento.
Es impresionante que aparentemente no existan caminos diferentes, caminos nuevos para reorientar nuestra cultura, nuestra mentalidad de manera amplia y organizada, para crear un sistema alternativo al inventado e impuesto por la fuerza de poderes constituidos y aliados; que no han reparado en llegar al uso de las armas que ha dejado a millares de víctimas muertas en el camino.

(María:) Yo también creo que es la hora de actuar, porque ya casi todo está sobre-explicado, y lo urgente es actuar. Pero no seguir actuando de la misma manera como lo hemos estado haciendo en las últimas décadas. Y procuremos que la característica principal sea al de "unidad", "confianza mutua" y "creatividad". Esto, aunque parezca un imposible; tenemos que ser capaces de construir juntos nuestro hogar haciendo de la tierra nuestro gran hogar, lleno de calidad. Un lugar vivible y amable. O sea, tenemos que buscar la otra cara de la medalla a la actual; que no existe, sino que tenemos que crearla.
  • 1. UNIDAD
Entendamos por unidad, el respeto por la diversidad. O sea, no se trata que seamos todos iguales; lo cual es admitir que un individuo, sector o grupo imponga su punto de vista y forma de ser a los otros.
Este sencillo principio nos puede costar muchísimo entenderlo y ponerlo en práctica, porque no hemos sido educados para esta forma de ser. El paradigma concretizado en un sistema social nos ha hecho personas dogmáticas y cerradas; intolerantes y sin capacidad de escucha. Así al creerse cada quien como poseedor de la verdad; impone sus creencias a los otros; quienes si se resisten son estigmatizados de permanecer en el error.
La práctica de la unidad comienza por el respeto, siempre mutuo. Y el respeto –para que sea real- siempre comenzará por respetarse a sí mismo. Debo reconocer que a mí no me es nada fácil respetarme a mí misma, porque me he llegado a acostumbrar a faltarme el respeto a mí misma y por mí misma. Esto tiene que ver con la experiencia de exclusión que vivo, y con la práctica anodina como estilo de vida que por largos períodos he escogido vivir; ya porque creía que era una forma de expresar mi rebeldía, como también por la baja autoestima que me minaba por dentro.
Es conveniente que reconozcamos nuestras deficiencias y limitaciones. No estamos íntegros ni integrados, sino más bien fracturados y frustrados. Pero la resiliencia no es extraña a nosotros, y nos podemos levantar y caminar.
Identifiquemos lo que nos desune, y pongámosle nombre, sin temor.
Construyamos nuestra identidad.
¿Quién soy?
¡No quién dicen que soy!
Para comenzar a saber quién soy,
Debo limpiar la "bodega" en mi cerebro
De todo aquello inculcado sin mayores fundamentos.
La tradición, en primer lugar, es para conocerla; no para imponerla.
Ella recoge las búsquedas de nuestros antepasados;
Pero no necesariamente la verdad.
La verdad, está por delante; no hacia atrás.
Y está impresa en el ADN de la naturaleza de cada ser.
La verdad, libera; no aprisiona.
Induce al desarrollo; no promueve el estancamiento.
Ilumina el sendero; no lo oscurece con dogmas y misterios.
Creo que debemos cambiar el rumbo de de nuestra vida. ¿Por qué vivimos? ¿Qué es vivir? Porque nos han enseñado que vivir es "poseer". No nos han enseñado que vivir es satisfacer las necesidades básicas. Si ya ni sabemos cuáles son; o las confundimos con las no-básicas o superfluas.
Y no debemos olvidar que la satisfacción de nuestras necesidades básicas no ha de dañar el ecosistema en que habitamos; porque dañarlo sería privarnos en el futuro mediato la posibilidad de satisfacción de las mismas, lo que equivaldría a nuestra propia enfermedad o incluso muerte en masa y desaparición como especie.
Creo que debemos de terminar de mirarnos a nosotros mismos como si fuéramos el centro del Universo y los más importantes. En el mundo todos los seres somos igualmente importantes, y nos necesitamos unos a otros. Ninguno puede subsistir por sí mismo; intentarlo es caminar hacia su propio suicidio.
Creo que basta ya de pensar y creer que nosotros somos "imagen de Dios" o que El es imagen nuestra. Eso es absurdo. Es ridículo el reduccionismo físico final . Habla de una exacerbada vanidad, soberbia y de un gravísimo error. ¿Por qué tenemos que buscar una imagen física de Dios; cuando su imagen surge en la bondad, el amor, la solidaridad?
Precisamente ese tipo de concepciones nos han destruido la unidad: entre nosotros y de nosotros con la Naturaleza. Ese resquebrajamiento, por otra parte, ha favorecido el desarrollo ilimitado de las grandes esclavitudes que nos tienen siervos bajo el poder de los grandes capitales y de las grandes ideologías. Por ejemplo, porque afirmamos que somos "reyes de la creación", nos han hecho leyes que facilitan y permiten a algunos volverse millonarios; y vivir así en medio de millones que mueren de hambre. La propiedad privada sin su respectiva y justa dimensión social, constituye el verdadero pecado original.
Nuestra unidad. La unidad que necesitamos parte de cambiar la mirada sobre nosotros mismos y sobre lo que nos rodea. Aceptar que estamos pretendiendo edificar sobre la división.
Una división radical es la que nos induce a buscar todo fuera de nosotros mismos: cuando la verdad, la belleza, la santidad, el misterio, la eternidad, la vida,… está dentro de nosotros mismos. Dios no está fuera de nosotros mismos, sino dentro de nosotros mismos, y no necesitamos de mediadores –instituciones y/o individuos- sino destreza para entrar en nosotros mismos con esos ojos, los de la contemplación y los oídos con capacidad de escuchar; y un pensamiento que no sea castigador de nosotros mismos.



Autor:
José Leandro Flores
2011eda.blogspot.com
12/06/2009 9:08:12

Es hora de construir


Un adulto


¿Qué hay de mi rebeldía?


¿Pesimista?


No quiero caminar sola...


Donde aprendo


El comienzo a partir del fin


Yo no soy quien


El síndrome de la reacción


María



**************************

Título: Modelo Metodológico Intersectorial Comunitario - MOMIC

Coordinadora: Marcela Tchimino

Nombres Equipo: Edgardo Alvarez, Rodrigo Vergara, Catherine Borquez, José Leandro Flores.
Colaboradores (voluntarios): Sergio Toro, Veronika Hackl

Duración: 3 años

Contraparte: Fundación AVINA, Fondo Especial Japonés para la reducción de la    pobreza - BID, Embajada de Canadá, IPAC

Objetivos:
Generar un Modelo Intersectorial de apoyo a jóvenes en riesgo social y formación de liderazgos jóvenes, mediante la participación activa y coordinada de instituciones públicas, privadas y empresas, que permita que la inserción social, educacional y laboral de 180 jóvenes de Cerro Navia, La Pintana y Pudahuel.

Resumen ejecutivo 

MOMIC (Modelo Metodológico Intersectorial Comunitario) es una iniciativa dirigida al mejoramiento de las condiciones de vida de jóvenes en riesgo social, a través de la coordinación de programas y recursos provenientes del sector público, privado y de la sociedad civil.

Desde el año 2005, el Programa Interdisciplinario de Investigaciones en Educación (PIIE) ha venido desarrollando la experiencia de creación de este Modelo, orientado principalmente a la instalación de capacidades, competencias y habilidades que le permitan a jóvenes en riesgo social desarrollar estrategias para mejorar sus condiciones de vidas en el marco de una gestión local sustentable. Esto en la perspectiva de que es en este espacio donde si bien asisten y se articulan diversos esfuerzos de inversión (sea social como material) estos se realizan de manera fragmentada y aislada, debilitando fuertemente sus capacidades de impacto.

Esta experiencia permite mirar el proceso desde una perspectiva que va mas allá de un enfoque de tipo instrumental, al cual suele ubicarse a las instituciones externas del territorio local. Se trata más bien de un acompañamiento centrado en la instalación de dispositivos, teniendo como eje el protagonismo de los jóvenes que ejecutan la iniciativa.

En la iniciativa MOMIC (Modelo Metodológico Intersectorial Comunitario) se consideran como focos principales los siguientes componentes:

-La intersectorialidad y la constitución de alianzas nacionales e internacionales
-El centro del modelo: los jóvenes
-El liderazgo joven como recurso para el desarrollo local

Beneficiarios directos e indirectos 

Directos: 150 jóvenes en riesgo social; 30 líderes comunitarios jóvenes.
Indirectos: Familias de los jóvenes, Organizaciones territoriales.

Localización geográfica

Cerro Navia  : Población Las Viñitas
Pudahuel    : Pudahuel Sur
La Pintana   : Población Santo Tomás